EL WAYUU COMO SER ESPIRITUAL
La concepción del mundo Wayuu se fundamenta en la espiritualidad y el pensamiento propio, mediados por el aküja (oralidad), el ejemplo, la imitación la observación directa, la convivencia y las experiencias vividas. Lo anterior se basa en el conocimiento científico propio y las concepciones de los alaülayu (personas destacadas en el saber) logrando así, un bienestar social y una convivencia pacifica.
La cosmovisión Wayuu es entendida como la convivencia con la naturaleza de la cual se derivan los saberes y conocimientos que definen una forma de vida diferente a otras culturas y naciones. El saber mitológico se aprende a través de los relatos acerca de pulowi, maleiwa, yoluja, manülü, keeralia, shaneeta, waneesatai, epeyüi, quienes enseñan el equilibrio entre el bien y el mal y la diferencia entre la vida y la muerte.
La cresacion del mundo es conocida a través de la narración de mitos que explican el origen de la vida y el universo. Antes existían los primeros seres; el viento las estrellas, la tranquilidad, la lluvia, el sol, la luna, el frio. La unión de Mma (Tierra) y juya (lluvia) produjo una segunda generación de seres: las plantas, y de una unión posterior entre la lluvia y la tierra, nacieron los animales. De la transformación de algunos de ellos nacieron los Wayuu que fueron divididos por clanes identificados por su animal ancestral.
Ya convertidos en seres humanos, a los Wayuu le fueron asignados, a través de los mitos, los oficios tales como el tejido, la curación, la agricultura, el pastoreo, la cerámica, la pesca, la construcción y la conciliación, entre otros, que reproducen y producen el equilibrio ancestral den la sociedad actual.
La historia milenaria de la Nación Wayuu se narra a través de cantos (jayeechi), leyendas, cuentos, fabulas y anécdotas, que permiten la construcción y fortalecimiento de la identidad cultural garantizando la permanencia del Wayuu.
La naturaleza nos permite perpetuarnos a través de una estrecha relación con ella y por eso, en el nacimiento del niño o la niña, la placenta se entierra al lado del kalapira (pilar estructural que sostiene el techo de la casa); esto significa que el valor de la vida, la historia, la cotidianidad y el origen de la nación Wayuu se referencia en el territorio y en los elementos tangibles e intangibles de su entorno en el cual se refleja su cosmogonía y su cosmovisión.
El territorio constituye una dimensión esencial porque de él se deriva el conocimiento y el sustento de la vida. Todo conocimiento, tanto científico como tecnológico, está en la naturaleza y el cosmos que es percibido por los sentidos con mediación del espíritu, la mente y los elementos de la naturaleza.
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